Logoterapia

Persona con bolsa en la cabeza con un signo de interrogacion dibujado en ella.

Creada por Viktor Frankl, después de su experiencia en los campos de concentración Nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Frankl, prisionero de los campos de concentración de 1942 a 1945, inicia el relato de su obra conocida hoy como, “El hombre en busca de sentido” (1946), con su experiencia en Auschwitz-Birkenau, donde padeció en carne propia los horrores de la guerra y de la cara más atroz del ser humano, experiencia que le llevó al desarrollo y revelación de su técnica terapéutica conocida como logoterapia y análisis existencial.

Al final de su obra, “El hombre en busca de sentido”, Viktor Frankl posteriormente añade los conceptos básicos de su logoterapia como respuesta al constante cuestionamiento acerca de los principios de su propuesta terapéutica, de la que se desprenden los siguientes conceptos básicos.

Logoterapia

Término acuñado por Viktor Frankl, que viene del significado de la palabra griega “logos”, traducida como “sentido” o “significado”, y tiene como enfoque el significado de la existencia humana y la búsqueda de su sentido. La motivación principal del ser humano es la búsqueda de ese sentido en su vida, la cual se conoce como la voluntad de sentido.

Voluntad de sentido

De acuerdo a la logoterapia, la fuerza primaria del ser humano es la búsqueda de sentido, este sentido es único y personal para cada quien y es labor de cada uno encontrar el sentido que satisfaga esta voluntad en su vida. La mayoría de las personas reconocen que necesitan de “algo” que les dé razón para vivir, e inclusive estarían dispuestos a morir por algo o alguien. El sentido de nuestra existencia no es algo que se inventa, sino que más bien es algo que se descubre. Los principios morales, se distinguen de los principios psicodinámicos tales como los instintos básicos que impulsan al ser humano, en cuanto a que los principios morales, no mueven desde dentro, sino que “jalan” o “arrastran” al ser humano quién tiene la decisión de seguirlos o no, la voluntad de hacerlo y lo que mueve en en ellos es la causa con la que se identifica.

Frustración existencial

El término existencial se utiliza aquí en estas tres formas:

  • La primera, para referirse a la existencia propia del ser humano como tal.
  • La segunda, se refiere al sentido mismo de la existencia.
  • La tercera, la voluntad de sentido o el afán de encontrarle sentido a la existencia personal.

La frustración existencial

Es la frustración de la voluntad de sentido, y si no se dirige correctamente puede desembocar en neurosis. Para dicha neurosis, la logoterapia ha acuñado el término “neurosis noógena”.

Neurosis noógena

A diferencia de la neurosis comúnmente conocida, enraizada en conflictos internos que operan de manera inconsciente y se desprenden de los instintos, la neurosis noógena se encuentra en el plano existencial y su origen se debe a un conflicto entre principios morales o espirituales, dentro de los cuales la frustración existencial juega un papel determinante. Para los casos de neurosis noógena, la psicoterapia común no es la terapia indicada, en estos caso la logoterapia es la que atiende esta problemática, y lo hace desde el momento en el que se presenta, en lugar de enfocarse en buscar la raíz inconsciente de esta problemática. El sufrimiento que nace de esta frustración existencial, y puede ser más un logro que un fenómeno patológico, y la angustia espiritual que deriva de ello no es en absoluto algo patológico según Frankl, y la interpretación fallida de esto como si se tratara de una enfermedad mental puede llevar al terapeuta a tratar de acallar esta inquietud con sustancias químicas, siendo más bien la manera óptima conducir al paciente a través de la crisis hasta un crecimiento espiritual. Es entonces que el objetivo de la logoterapia se encuentra en ayudar al paciente a hallar el sentido de su vida, pareciéndose aquí al psicoanálisis en cuanto a la revelación consciente de este sentido y difiriendo de este en cuanto a que no considera como interés principal la gratificación y satisfacción de impulsos.

Noodinámica

La búsqueda de sentido no nace de la estabilidad, nace de la tensión interna como parte característica de la salud mental, la tensión entre lo que se és y lo que se debe o quiere ser, de acuerdo con la logoterapia no hay nada mejor para la supervivencia (ni en las peores condiciones) que el saber que la vida tiene un sentido, el mismo Frankl cita una frase de Nietzsche que declara: “Quien tiene un porqué para vivir, puede soportar casi cualquier cómo”. Por lo mismo, la idea de una vida sin tensiones y en estado de neutralidad, tampoco es ideal para la salud mental, hay que esforzarse por aquello que nos merezca la pena. Si se quiere fortalecer la salud mental de los pacientes, lo que debe hacerse es orientarlos con firmeza hacia el sentido de sus vidas, ya que uno de los estados más nocivos para esta salud es la sensación del vacío existencial, que muchos albergan de manera profundamente íntima.

Vacío existencial

Manifestado principalmente por un estado de tedio, representa la pérdida del significado de la vida, cosa que se vuelve común en los momentos de ocio, el autor pronostica que con el tiempo y los avances tecnológicos la gente tendrá mayor tiempo de ocio, despertando en ellos el sentimiento de vacío. Este sentimiento sirve como base para problemas de alcoholismo y delincuencia. Este vacío se encuentra enmascarado con varias caretas, por ejemplo a veces esta frustración de la voluntad de sentido se compensa con la voluntad de poder, y algunos otros casos con la voluntad de placer. Por lo que en esta sintomatología y en las neurosis, se observan constantemente en las existencias vacías, por lo que la logoterapia sirve también como complemento para la psicoterapia.

Sentido de la vida

Este sentido como ya se mencionó depende de cada individuo, no existe una respuesta general, e inclusive para la misma persona varía de un momento a otro. Por lo que se vuelve importante entender que no se trata de hallar un sentido a la vida en términos generales, sino que más bien de encontrarle sentido en un momento en concreto, tan único como la oportunidad. La persona debe ser en este sentido responsable de dar a la vida una respuesta ante el reto que le pone enfrente a cada ser humano, respondiendo por su propia vida, siendo esta la esencia íntima de su existencia.

La esencia de la existencia

La responsabilidad de decidir qué, cómo, por qué, y para qué con su vida, recae directamente en el paciente. El sentido de la vida es cambiante y nunca cesa, de acuerdo a la logoterapia, podemos descubrir este sentido de tres maneras distintas:

  • Primero: Realizando alguna acción, cuyo medio para lograrlo es la acción misma.
  • Segundo: Teniendo algún principio, sentir por algo y por alguien, como el amor.

El sentido del amor

La única manera de aprender al ser humano de manera profunda, tal como es. Por medio del amor se puede ver lo que es y lo que puede ser otro ser humano, de igual manera conseguir hacer realidad aquello que el otro ser humano puede llegar a ser, el sexo es una expresión del amor y no lo contrario. Tercero: Por medio del sentido del sufrimiento, lo más importante es la actitud que tomemos frente a este, y de cumplir este como el sentido más profundo, cuando uno reconoce en el sufrimiento un sentido, uno de los postulados de la logoterapia es precisamente encontrarle un sentido a la vida estando dispuesto a darle sentido al sufrimiento, estando claros que el principal interés no se encuentra en hallar el placer o evitar el dolor. Pero no se trata del dolor por el dolor, el sufrimiento no tiene significado a menos que sea en absoluto necesario. Por lo que la logoterapia tiene como objetivo lograr que el paciente recupere su capacidad de sufrir y encontrarle sentido a ese sufrimiento, además de perseguir también los objetivos de la psicoterapia tradicional, de restaurar la capacidad del individuo para trabajar y gozar de la vida.

Problemas metaclínicos

En este apartado Frankl nos menciona acerca de la situación por la que pasan los médicos psiquiatras contemporáneos a él y por qué no también de nuestros tiempos, en la que no solo se enfrentan a problemas de carácter neurótico sino que también tienen que confrontarse con cuestiones filosóficas más allá que con conflictos emocionales.

El suprasentido

Es el sentido que excede la capacidad intelectual del hombre, aquello que la razón no puede alcanzar, desconcertando en ocasiones tanto al paciente como al terapeuta, es por ello la importancia que pueden tener las creencias religiosas para aliviar a aquellos pacientes cuyas creencias están firmemente arraigadas, en estos casos el terapeuta debe de ponerse en el lugar del paciente, para atender su problemática desde la perspectiva que da sentido a sus creencias para conseguir en la persona el efecto terapéutico.

La transitoriedad de la vida

El ser o no ser, que se desprende de la obra de Hamlet de William Shakespeare, la vida ofrece una gran cantidad de oportunidades de elegir a las cuales se les da la ocasión de ser realidad o no serlo nunca, cuya elección al materializarse se vuelve parte de nuestro pasado de donde se preserva, y debe rescatarse de esta transitoriedad para recuperar toda su riqueza, se trate de gozo o de sufrimiento, se es lo que se ha sido en algún momento, las posibilidades de la vida se han convertido en experiencias y es donde se recoge el fruto de estas experiencias que enriquecen la experiencia humana, en lugar de la nostalgia en el sentido que solo trae tristezas, dolor y pesares al presente.