Alcohol: sus efectos en la mente y la conducta.

Dos manos brindando con cervezas.

Esta sustancia milenaria, ha estado presente en la humanidad desde la prehistoria, y su huella en la experiencia humana está formada por grandes acontecimientos y terribles actos que revelan su potencial.

Pero, ¿Por qué se ha vuelto motivo de nuestra atención?, precisamente por las consecuencias que ha tenido en la vida de tantas personas y que forma parte de la historia personal de muchos, con un tremendo potencial de tener un papel importante en las relaciones sociales como también para causar daño en muchos sentidos.

Por esta razón, en este artículo trataremos el tema desde la perspectiva mental, porque al final es ahí donde todo comienza…

Efectos del alcohol en la conducta

En esta parte es fácil demostrar el punto de los efectos del alcohol en el comportamiento, al recordar la sensación de vergüenza que en ocasiones viene al día siguiente, después de una noche de fiesta en la que el alcohol provocó la exhibición de algunos desfiguros.

Pérdida de inhibiciones.

Uno de los efectos más frecuentemente asociados al consumo de alcohol es la pérdida de control de las inhibiciones, después de unos cuantos tragos, el alcohol empieza reducir nuestro juicio con relación a lo que se consideran comportamientos normales o adecuados.

Disminución del buen juicio.

Decir cosas inapropiadas. Uno de los comportamientos más comunes bajo el influjo del alcohol, es el llegar a decir cosas inapropiadas, como por ejemplo bromas ofensivas, comentarios groseros, o revelar información inadecuada que normalmente no revelariamos, por lo que en ocasiones también se pierde la capacidad de entender las señales sociales para detener este tipo de comportamiento cuando se está ofendiendo ó molestando a otros.

Comportamientos sexuales de alto riesgo.

El juicio afectado con relación al sexo, puede resultar en tener relaciones sin proteccion, con gente que no se conoce bien o ni siquiera interpretar adecuadamente el consentimiento de la pareja.

Iniciar discusiones y peleas.

La disminución de inhibiciones puede desencadenar fácilmente comportamientos agresivos, debido a la mala interpretación de las situaciones, o escalar una discusión sencilla a un conflicto mayor.

Confiar en personas desconocidas.

La falta de juicio también puede afectar nuestras señales de alerta acerca de la gente que recién conocemos e inclusive puede crear una sensación de falsa seguridad y ser susceptibles a ser abusados emocional o financieramente.

Entre otros comportamientos que se relacionan a la reducción del juicio, tales como conducir bajo el influjo, apostar irresponsablemente, olvidar responsabilidades como citas, compromisos, o situaciones de carácter familiar, caminar solo en lugares peligrosos entre otros tantas conductas de riesgo.

Revelar información inapropiada.

Revelar a otras personas información personal o acerca de otras personas que normalmente no sería revelada en condiciones de sobriedad y que puede resultar vergonzosa.

Decir lo que están pensando sin filtros.

Pierden la habilidad de censurar aquellos comentarios que evidentemente son inapropiados y que pueden herir u ofender a otros.

Bailar de forma provocadora y otras formas socialmente inadecuadas, impulsividad sexual, conducir de manera peligrosa e irresponsable, sensación de miedo o ansiedad reducidas.

Cambios de ánimo.

Cambios repentinos de felicidad a tristeza, por ejemplo estarse riendo a carcajadas en un momento y poco después estar llorando casi sin razón aparente.

Irritabilidad y enojo.

La persona más tranquila puede convertirse en alguien agresivo con tan solo el más mínimo incidente, al punto de insultar a la gente.

Reacciones desmedidas.

Cualquier incidente por mínimo que sea puede convertirse en motivo de pelea y escalar a gritos y reacciones emocionales desmedidas.

Emociones existentes amplificadas.

Puede que quien esté triste, con el alcohol se deprima profundamente o si se encuentra ansioso comience a entrar en pánico.

Mala coordinación.

La mala coordinación es un síntoma clásico de los efectos del alcohol.

Tropezar y balancearse.

La persona bajo el efecto del alcohol, no puede mantener el equilibrio y comienza a balancearse, es difícil mantenerse en equilibrio, por esta razón entre las pruebas de sobriedad se le pide a la persona que ha bebido tratar de caminar unos metros en línea recta.

Dificultad para mantenerse estable.

Cuando el alcohol ha afectado nuestro sistema, es difícil mantenerse estable, y tratan de balancearse para mantener el equilibrio.

Torpeza al moverse.

Se golpean al caminar o golpean objetos, tiran vasos e inclusive se tropiezan con sus propios pies.

Dificultad de coordinación entre ojos y manos.

Se complica tomar objetos pequeños, escribir de manera legible, o dificultad al ejecutar movimientos que requieren precisión.

Dificultad para hablar bien.

Al hablar comienza a arrastrar las palabras y su conversación se vuelve menos precisa, también repiten lo que han dicho una y otra vez, haciendo difícil poder entender lo que están diciendo.

Dificultad para realizar actividades físicas con precisión que requieren equilibrio y coordinación.

Capacidad de reacción disminuida.

El abuso del alcohol no solo afecta el cerebro y sus funciones de manera directa, sino que también lo hace indirectamente al afectar órganos importantes tales como el hígado y el páncreas que como consecuencia afectan al cerebro.

Los efectos se pueden dividir según el tiempo de consumo de esta sustancia, a corto y a largo plazo.

Al empezar a rebasar el limite de unidades de alcohol que tiene nuestro organismo para empezar a verse afectado a nivel celular las consecuencias son las siguientes:

Problemas de memoria.

Olvidar lo que se dijo o se hizo. Encontrarse en medio de una conversación y de repente olvidar por completo de lo que se estaba hablando.

Dificultad para recordar nombres.

Conocer a alguien y de repente olvidar su nombre o también tener problemas al recordar los nombres de las personas que ya conocen.

Olvidar cosas.

Las llaves, el teléfono, los aretes, la cartera, el suéter, no darse cuenta de donde se ha dejado el objeto en cuestión y olvidar prendas en cualquier lugar es una señal de que nos hemos excedido en el consumo del alcohol.

Blackouts o lagunas.

Olvidar las cosas que uno ha dicho o hecho, e inclusive no saber cómo es que ha llegado uno a la cama, o al sitio donde se ha ido a dormir, sin tener una idea completa de lo que ha sucedido durante el episodio de intoxicación.

Problemas de memoria a largo plazo.

Dificultad para aprender nuevas cosas, se vuelve una tarea muy complicada el tratar de retener información nueva, así como olvidar fechas importantes o citas, así como también recuerdos de la infancia, vacaciones, o otros eventos normalmente memorables en su vida.

Entre otros, los siguientes son ejemplos de los efectos del uso y abuso del alcohol a nivel neurológico:

  • Problemas de memoria y de aprendizaje.
  • Desarrollo de problemas de salud mental y empeoramiento de los ya presentes.
  • Blackouts y dificultad para recordar.
  • Delirium tremens
  • Demencia
  • Pérdida de masa cerebral
  • Deterioro cognitivo o cognoscitivo
  • Convulsiones
  • Ataxia

Esta lista de ejemplos definitivamente no comprende ni la mitad de los efectos del alcohol a nivel neurológico conocidos al día de hoy, cada uno de ellos tiene su propia profundidad y extensión, por lo que en caso de requerir mayor información se recomienda consultar con un profesional de la salud o en la materia, nuestra intención es echar un vistazo sobre los efectos que tiene el alcohol a nivel cognitivo y comportamental en quienes lo consumen en ocasión o de forma consuetudinaria, para estar mejor informados.